cerrar
Búsqueda
Se buscan resultados
No hay resultados
    Backstage

    El jefe de obras alias “papi” que todavía lleva el niño dentro

    Debe aceptar las cookies para utilizar esta funcionalidad.

    Gösta Lindahl es jefe de obras en el departamento de asistencia técnica de Krones, por lo que viaja por todo el mundo. Y eso a sus 64 años de edad. Después de más de 20 años en Krones, Gösta sigue sintiéndose feliz con un trabajo que se suele atribuir a personas jóvenes con hambre de aventura. “Soy el papi”, dice él mismo.

    Ya ha viajado a 109 países y habla un total de ocho idiomas. Es danés de nacimiento, actualmente reside en Italia, tiene esposa brasileña y cuatro hijos trilingües al menos. La “multiculturalidad” es muy importante para él en todos los ámbitos de su vida. Y para Krones viaja desde hace más de 20 años por todo el mundo. “Papi” es solo uno de sus numerosos apodos. “En África, por ejemplo, soy el ‘Babu’, que significa algo así como abuelo. En Asia soy el ‘Mono Dorado’; me han tomado por santo”. En su entrevista subraya que sus apodos son siempre muestra de reconocimiento. “En este sentido, mi edad y mi aspecto a menudo ayudan, creo. Todo el mundo me trata con mucho respeto”.

    Llegó a Krones por casualidad

    El hecho de que Gösta ya no tenga 20 años no significa que no tenga espíritu aventurero. “En el trabajo te encuentras a menudo todo lo contrario a lo que te imaginabas. Cada día surge algo nuevo ante lo que no puedes estar preparado. Hay que improvisar y te tiene que gustar resolver problemas”, dice Gösta. Participa en todo el proceso, desde la planificación hasta el trabajo en local: “Normalmente soy el primero que llega al trabajo y el último que se marcha”. Según sus propias valoraciones, lo que más le ayuda en su trabajo es la serenidad. “Soy un tipo muy tranquilo, quizá incluso demasiado para algunos. Mi hermana siempre dice que cuando habla conmigo por teléfono casi se duerme”, ríe. Pero en medio del ajetreo del trabajo, este sosiego probablemente ayude. “A menudo me mandan como solucionador de problemas. Una vez allí, analizamos la situación con calma y, por lo general, las cosas vuelven a salir adelante. Así que no solo soy ‘el viejo’, sino también ‘el tranquilo’”, sonríe.

    Image 35839
    Reunión de equipo en la obra

    Gösta Lindahl llegó a Krones por casualidad. Anteriormente había trabajado para una empresa más pequeña en Dinamarca, que acabó siendo adquirida por Krones. “En aquel momento ni siquiera sabía quién o qué era Krones. Todavía recuerdo que en aquella época estaba en Uruguay cuando de repente se me acercaron unos hombres vestidos con monos de trabajo de Krones y me saludaron con un ‘Hola, colega’”, relata Gösta. A los 25 años le asignaron su primera gran obra, que por aquella época todavía llegó de su antiguo empleador. Desde 1999 es el señor de las grandes obras de Krones en todo el mundo. Aunque solo fuera una casualidad lo que llevó a Gösta a Krones, todavía bendice ese día. “Siempre me ha gustado trabajar aquí y me sigue gustando”, afirma. A pesar de sus 64 años, aún está lejos de pensar en dejarlo. “Aún no tengo plan de jubilarme. Sigo gozando de buena salud y me gustaría seguir trabajando un poco, solo que fumo demasiado”, ríe. Y cuando se levanta por la mañana, a veces se da cuenta de que ya no tiene 25 años. 

    El trabajo cumple una parte del sueño

    Además, este trabajo es también un sueño de infancia hecho realidad para este danés de nacimiento. Porque Gösta siempre quiso viajar por todo el mundo, y casi lo consigue siendo muy joven: “Cuando tenía 18 o 19 años planeé hacer un gran viaje en velero con un amigo, nos habría encantado ver el mundo entero. Por desgracia, este amigo murió en un accidente y el viaje se acabó para mí”. Pero su trabajo le devuelve cada día un poco de ese sueño. “Normalmente nunca me niego a los nuevos encargos, quiero verlo y descubrirlo todo. Los jóvenes de hoy se preocupan más por su propia seguridad. Yo nunca fui así”. Tras pensarlo un momento, añade riendo: “Quizá debería prestar un poco más de atención, después de todo tengo hijos. Pero el niño que hay en mí sigue vivo y quiere ver y hacer cosas. Y si llevas un niño dentro, nunca envejeces”. Aconsejaría a todos los jóvenes que viajen por el mundo para ver lo máximo posible; te abre los ojos a muchas cosas de la vida.

    El niño que hay en mí sigue vivo y quiere ver y hacer cosas. Y si llevas un niño dentro, nunca envejeces. Erwin HächlGösta LindahlJefe de obras en Krones

    Incluso estando de viaje por trabajo, Gösta intenta aprovechar las tardes para otras cosas. Este hombre de 64 años es un gran aficionado al deporte y le gusta jugar a los dardos o a los bolos. Le encanta la naturaleza, disfruta con una cerveza fresquita o quedando con los compañeros para cenar. Pero existe una norma: no se habla de trabajo. Quien lo haga, tendrá que meter dinero en una hucha que habrá encima de la mesa. Lo recaudado no estará destinado para sufragar las bebidas del equipo, sino que se destinará a una buena causa. “No hay que olvidar que a menudo te encuentras en sitios donde la gente no está bien. La gente muere de hambre o pobreza, vive en zonas de guerra y nosotros estamos allí para construir una fábrica de cerveza, por ejemplo. Esto también te entristece mucho”, afirma recordando una intervención suya poco antes de Navidad en un lugar socialmente muy vulnerable. Con este “fondo de penalización por charlar de trabajo”, parte del equipo fue a una juguetería para comprar juguetes y donarlos a un hospital regional. “Hacemos este tipo de cosas a menudo, son momentos muy agradables - ¡y puede estar seguro de que estas personas no se olvidarán tan pronto de Krones!”

    Image 35842
    Cuando se trata de ir a tomarse una cerveza después del trabajo, la regla es: está prohibido hablar de trabajo.

    El cajón donde guarda los deseos todavía no está vacío

    Cuando Gösta vuelve a casa de sus viajes de trabajo, lo que más ilusión le hace es ver a su familia. Allí le esperan sus cuatro hijos y su esposa. “Están acostumbrados a que viaje mucho. Pero también pueden estar seguros de que, una vez en casa, me entrego a ellos en cuerpo y alma”. Gösta, que estuvo presente en el nacimiento de todos sus hijos, sigue tomándose libre para estar presente también en todos los cumpleaños. “Y una vez al año nos vamos de vacaciones en familia, donde los niños decidan”, afirma.

    Pero cuando la jubilación llame a su puerta, Gösta todavía tendrá un montón de cosas por hacer antes de morir o sufrir de aburrimiento. “E incluso cuando llegue el momento, por supuesto, quiero seguir viendo mundo. Ya lo he visto casi todo en Europa y África, y también he trabajado mucho en América y Asia. Pero nunca he estado en Australia o Nueva Zelanda, por ejemplo”. Quién sabe dónde estarán las obras de Krones en los próximos años de su carrera, y que Gösta Lindahl todavía quiere disfrutar a sus 64 años ... 

    Carrera profesional de Gösta Lindahl:

    • Gösta es herrero de formación.
    • También cuenta con una formación técnica en Dinamarca donde se convirtió en maestro artesano.
    • Con el tiempo pasó a ser jefe de equipo de su entonces empleador y le asignaron sus primeras obras.
    • Un día se convirtió en jefe del servicio de asistencia técnica, llegando a viajar unos 100 días al año.
    • Finalmente, su empresa empleadora fue adquirida por Krones.
    • Lleva 24 años en Krones, primero en Flensburgo y ahora en Neutraubling.

    Más información del mundo Krones

    kronesES
    kronesES
    0
    10
    1